Bienes inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz

En este blog se reune la información disponible sobre los distintos bienes ubicados en el término de Bujalance y que se encuentran inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz ( http://www.juntadeandalucia.es/cultura/web/publico/areas/minisitio.jsp?idA=5&men=1&pagc=5_1_0catageneral.jsp ).

miércoles, 2 de septiembre de 2009

La Alameda

En BOJA de fecha 14 de enero de 2004 se publica la RESOLUCIÓN de 11 de diciembre de 2003 de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se resuelve inscribir colectivamente, con carácter genérico, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, 138 yacimientos arqueológicos de los términos municipales de Nueva Carteya, Cañete de las Torres, Bujalance,Torrecampo, Conquista y Pedroche (Córdoba). Los yacimientos se delimitan por coordenadas X-Y del Mapa Topográfico de Andalucía y por las parcelas catastrales del SIGPAC. Para cada yacimiento se indica la denominación y una breve descripción.
Entre estos bienes aparece el yacimiento de La Alameda, ubicado en la parte sur del casco urbano de Bujalance. Mostramos su delimitación sobre la Ortofotografía Digital de Andalucía en escala 1:5000 (edición de 2004, sobre vuelo de 2001-2002) . En la imagen se incorpora una ficha resumen con las parcelas catastrales afectadas y la descripción del yacimiento.

Coordenadas X / Y
1) 379.047 / 4.194.614
2) 379.162 / 4.194.658
3) 379.188 / 4.194.575
4) 379.091 / 4.194.516


Reportaje fotográfico del bien (29 de agosto de 2009)






La zona está parcialmente construida, con algunas naves industriales. Estas construcciones ya figuran en la Ortofotografía y serían, por tanto, anteriores a la inscripción de este bien, así como a la aprobación de las Normas Subsidiarias de Planeamiento Urbanístico de nuestra localidad (también de 2004). Sin que podamos precisar el grado de solape con la zona delimitada por el yacimiento, en las proximidades se ubica un almacén de áridos y escombros, en el que parece que se practican algunos soterramientos, como el mostrado en la segunda fotografía.
La Alameda en la Historia.
En 1564 Juan Fernández Franco escribe su “Breve exposición y compendio de numismas”, que bien pudiera ser el primer tratado de numismática antigua peninsular. En este tratado se detallan algunas monedas halladas en el término municipal de Bujalance, según texto que se extracta: “En Bujalance, en unos edificios antiguos que han descubierto junto al pueblo, donde dicen el Alameda, una moneda de cobre con un rostro de otro príncipe bárbaro y con un letrero que no se puede leer. Y en el reverso un toro con unas letras abaxo que dicen RIPA”.
Lea más sobre esta noticia en Arqueología en el Bujalance del siglo XVI ( Juan Fernández Franco) :
Fray Cristóbal (Historia Eclesiástica y Seglar de la Colonia Betis, ahora Ciudad de Buxalance; Granada, 1657) nos habla de un primer descubrimiento en el año de 1570, de “Se descubrieron en esta ciudad, en el pago que llaman del Alameda, dos sepulcros antiguos, eran de figura de arcas fabricadas de piedra y argamasa fortísima, cubiertas de piedra, y cerca de ellas se halló una jarra de barro, y un plato”.
En 1631 se produce un nuevo hallazgo, que estudia personalmente Fray Cristóbal, y en el que nos da detalles más precisos de su ubicación: “En este mismo sitio de Alameda el año de mil y seiscientos y treinta y uno, en el camino bajo que va de esta Ciudad a la villa de Cañete las Torres, cerca de un puente que tiene el arroyo se descubrieron tres sepulcros antiguos... Hallábame en esta ocasión y tiempo en Córdoba, vine a Buxalance, donde por vista de ojos, que es lo que debe hacer el que escribe, vi, y experimenté lo que la antigüedad ofreció al presente siglo. Fue conmigo Juan López Velorado, que dio principio a estos descubrimientos de antigüedad, y prosiguiendo con lo comenzado, descubrió otros dos sepulcros en la forma siguiente. Estaban hechas unas arcas de ladrillos bien compuestas, el cimiento era todo de arena de color de oro, y muy menuda, que parecía la habían cernido, estaba la arena en proporción del arca, que sería longitud de siete pies, y dos y medio de ancho. Luego estaban puestos los ladrillos en contorno, y por la parte superior estaban unas piedras grandes toscas, con éstas se cubrían las arcas, o sepulcros, hallaron en ellos algunos huesos humanos [y dientes], con lo cual se conoció ser sepulcros”.Los sepulcros “no están mirando al Oriente y parte por donde sale el sol: tampoco tenían los pies mirando al río, aunque les estaba tan cerca el arroyo, que apenas dista dos tiros de arcabuz [ 200 m ?]; tampoco tenía calderas para sus lavatorios. Luego no eran entierros de Moros” . Fray Cristóbal conoce que “no lejos de este sitio se descubrieron pocos años antes algunos entierros antiguos donde se hallaron calderas, con lo cual nos persuadimos que eran de Moros”, por lo que concluye que “estos sepulcros fueron de tiempo de Romanos, cuando ya estaba predicado en España el Santo Evangelio”. Fray Cristóbal opina que pudieran ser enterramientos de cristianos, que se practicaban en las afueras de los pueblos (“estaban estos sepulcros casi juntos, y todos en distancia de veinte varas de medir, que casi; era el sitio como un osario o cementerio... También pudo ser, que en este sitio hubiera algún Templo y casa de oración donde se recogiesen los cristianos, y últimamente, porque todo este campo se halla lleno de pedazos de tejas, que son notorios vestigios para saber donde tenían sus entierros los antiguos”).

En otro punto de su obra (folio 28), Fray Cristóbal refiere nuevos hallazgos: “En los olivares que llaman de Alameda se han hallado muchos fragmentos de obras de Romanos, pedazos de capiteles con labor Corintia, y basas de mármol muy precioso, algunas columnas quebradas, y otras cosas de este género. Así lo testifica Bartolomé Cerrillo, Clérigo de menores Órdenes, sobrino de don Pedro Serrano, Obispo de Coria, que por tener sus casas cerca de aquel pago, y ser aficionado al ejercicio de campo, más que al ocio de la Ciudad, ha experimentado en pocos años lo mucho de antigüedad que el tiempo ha querido descubrir: si bien los naturales de la tierra, que solo atienden a sus aumentos de hacienda, desprecian la sagrada antigüedad, teniéndola por vanidad y de poca importancia. Este mismo sujeto afirma, haber hallado en el referido pago algunos sepulcros de Moros, y cerca de ellos hallar calderas de cobre, para que se laven los cuerpos difuntos, y queden purificados ellos, o sus ánimas de las abonimaciones...”




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